¿¿¿HEMOS OLVIDADO???


Estás semanas pasadas me han llamado la atención las imágenes de la televisión sobre las caravanas de coches que se han formado coincidiendo con el fin del estado de alarma. Pareciera que no ha pasado nada, que fuera un puente normal de un año cualquiera y, entonces, me surgieron algunas preguntas que me llevan a reflexionar sobre la capacidad del ser humano para el olvido y, también desgraciadamente, la indiferencia y el egoísmo. Es como si se hubiese asumido aquella terrible frase "Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es una estadística”. ¿Hemos olvidado los miles de fallecidos que han muerto en completa soledad? ¿Hemos olvidado a las familias que siguen sufriendo por no haber podido despedirse de los suyos? ¿Olvidamos que hay muchas personas con graves secuelas tras haberse contagiado? ¿Olvidamos que hay personas a las que el aislamiento, el miedo o la incapacidad los han abocado a la soledad? ¿Somos indiferentes a las personas que han perdido sus trabajos?

Ya sé que muchos pensarán que la vida sigue, que hace mucho tiempo que no ven a sus familias, que sus segundas residencias están descuidadas, etc...pero hay preguntas que yo me hago desde hace tiempo y que me desasosiegan:

¿Sería diferente si los que,desde el comienzo de esta pandemia, hubieran sido niños y jóvenes los principales afectados y no personas mayores? ¿Por qué se nos enseñan imágenes de la “alegría” pero no de la tragedia? ¿Acaso no podemos soportar ver un pabellón lleno de ataúdes en la más absoluta soledad porque es morboso, dicen, y sí nos enseñan los efectos de un accidente aéreo, automovilístico, pesquero, etc...? Con los consiguientes testimonios,petición de responsabilidades, equipos de psicólogos…

Esta pandemia nos iba a hacer mejores personas, nos haría replantearnos nuestras vidas y yo observo, es mi percepción, que nada ha cambiado por lo menos a nivel de sociedad. Sin embargo estoy segura de que muchas personas sí se han parado a reflexionar y de verdad creo que solo es posible un cambio si cada uno de nosotros ponemos nuestra fe y confianza en Dios que todo lo puede.

Yo os propongo que en nuestra oración de cada día y, como muestra de respeto y recuerdo, le pidamos al Señor por todos los afectados de esta tragedia y a nuestra Madre la Virgen María que interceda por todos nosotros para que transforme nuestros corazones.

 



Carmen Sánchez (Círculo de oración y vida Betania)