¡¡¡NOVENA A SAN ROQUE EN TIEMPO DE PANDEMIA!!!

 La figura de nuestro San Roque ha recobrado actualidad en este tiempo de pandemia. Roque de Montpellier, a principios del siglo XIV, tuvo la dura experiencia de vivir en época de peste. El instinto de supervivencia le podía empujar a quedarse confinado por su seguridad, pero el amor de Dios le llevó a hacer de buen samaritano en diferentes lugares. Aquel fue un hermoso gesto de caridad cristiana que en estos últimos meses hemos visto actualizado con motivo de la covid-19.


¡Cuántos Roques hemos conocido y aplaudido durante las semanas del estado de alarma! ¡Y también cuántos hombres y mujeres, santos de la puerta de al lado, han estado en primera línea, todos los días, demostrando generosidad y profesionalidad! Son muchas las personas de diferentes sectores que dieron lo mejor de ellos mismos durante los meses pasados. ¡Nuestro reconocimiento a todos, especialmente los que no salieron habitualmente en las ruedas de prensa o no formaron parte de los comités de expertos! 

Precisamente, en señal de agradecimiento por este testimonio de entrega, la comunidad parroquial de Santa María la Mayor de Pontevedra organizó una Novena Extraordinaria como preparación a la fiesta del Santo, invitando a participar con una invocación a diferentes personas de distintos colectivos que se vieron afectados directamente por la pandemia. 

Agradezco públicamente las invocaciones personales realizadas por un matrimonio que enfermó y superó la covid, por un médico, un directivo de una residencia de ancianos, una profesional de la limpieza, una vendedora del mercado de abastos, dos personas que hicieron la invocación en lengua de signos, una maestra, una voluntaria de Cáritas y un escritor-periodista. 

En esta Novena Extraordinaria hemos elevado a Dios nuestro aplauso agradecido convertido en oración. Además hemos orado por el fin de ésta y otras pandemias evitables que se han instalado en muchas zonas del planeta, aquellas por las que mueren millones de seres humanos cada año por no tener agua potable, alimentos o una vacuna que ya está descubierta y que sólo cuesta 1 euro.

Necesitábamos hacer esta Novena para sentir que Dios está a nuestro lado y que no es indiferente a tanto dolor. No hemos pedido ningún milagro extraordinario porque ya notamos a diario la acción del Espíritu Santo en nosotros. Y hemos experimentado la cercanía de Jesucristo, vivo y resucitado, que es capaz de obrar el milagro de arrancar miedos y tristezas de muchos corazones.

Javier Porro