LOS PETOS DE ÁNIMAS (I)
por Mundo Villalustre
Los petos de ánimas son pequeños santuarios, habitualmente realizados en piedra, que podemos encontrar en caminos, encrucijadas, iglesias, plazas y cementerios de Galicia (principalmente en las provincias de Pontevedra y Ourense) y del norte de Portugal (donde se denominan alminhas).
Su función es mantener el recuerdo de las almas del Purgatorio y rogar por ellas. Cumplen una doble finalidad: por un lado, evidencian la buena acción de quien los manda construir, y por otro, benefician a las almas en proceso de purificación. Permiten dar limosnas para su ayuda, y muchos de ellos llevan inscripciones como:
«Un alma tienes y no más; si la pierdes, ¿qué harás?»
o también exhortaciones a recordar a los antepasados:
«Ave María Purísima. Acordaos de las ánimas de vuestros padres, abuelos, tíos, parientes o amigos»
«Rogad por nos y socorrednos con vuestros sufragios, que nos pidiremos por vos»
Con ello se insta a pedir y rezar por las almas, con la esperanza de que la tradición continúe y que, una vez muertos quienes ahora rezan, se rece también por ellos.
Los devotos suelen poner velas, flores u ofrendas como patatas, maíz o castañas, o bien dejan una limosna monetaria (cada vez más inusual debido al saqueo y los destrozos provocados en los esmoleiros), y rezan una pequeña oración frente a la imagen que preside estos pequeños santuarios.
La devoción a las Ánimas del Purgatorio es una de las más arraigadas y presentes en la cultura gallega. La idea del Purgatorio, revitalizada a partir del Concilio de Trento (siglo XVI), impulsó la construcción de este tipo de monumentos populares con una iconografía determinada. No obstante, parece que fue en el siglo XVIII cuando se erigió en Galicia la mayor parte de los petos dedicados a las ánimas, siendo los más antiguos que se conservan hoy en día de este siglo.
De la mayoría no se conoce quién los construyó, aunque sí se conserva, en muchos casos, el nombre de la persona que encargó su construcción. Los petos de ánimas no responden a un único modelo, sino que presentan diversas tipologías: móviles o fijos, de madera o de cantería.
¿Cómo podemos identificar que estamos ante un peto das ánimas?
Muy fácil: se trata de pequeñas capillas de piedra granítica que suelen tener una hornacina en el cuerpo central. En ella se representa, en relieve o pintura, a las ánimas del Purgatorio. Disponen también de una hucha (peto) para depositar la limosna, de ahí su nombre, “petos de ánimas”, y suelen estar coronados con una cruz.
Como ya se ha señalado, los petos das ánimas se ubican en lugares de gran visibilidad, al igual que los cruceiros, aunque fundamentalmente se encuentran en las encrucijadas de caminos. Esa ubicación no es casual: el cruce de caminos simboliza la dualidad entre el bien y el mal, lo visible y lo invisible, la vida y la muerte.
Su origen se remonta a los altares romanos dedicados a los dioses viales, deidades a las que se invocaba para proteger a caminantes y transeúntes, y que recuerdan, por su estructura, a los petos de ánimas actuales. La Iglesia cristianizó estos lugares mediante la colocación de símbolos cristianos como cruceiros y petos.
Continuará...



