“El espíritu religioso de las procesiones”
El día 4 de marzo del 2020, tuve la satisfacción de asistir en el colegio de Las Calasancias de Pontevedra, al pregón de la Semana Santa, que ese año corrió a cargo del insigne cardenal Carlos Amigo. Por aquellas fechas, ya se tenía conocimiento de la existencia del virus Covid 19, pero se ignoraban las consecuencias tan terroríficas de su expansión, por lo que se cerró el acto con un deseo optimista, de que de algún modo las procesiones podrían salir a las calles. Pues bien, desgraciadamente dichas previsiones no fueron acertadas y por dos años consecutivos la Semana Santa se han tendido que vivir en la intimidad de nuestras iglesias, y las imágenes han permanecido en sus capillas, sin poder ser procesionadas. Pero este año, doblegada ya la mayor virulencia de la pandemia, por fin hemos podido celebrar nuestras tradicionales procesiones, y si cabe con mayor devoción y entusiasmo que nunca. Comprobando como, cofrades, feligreses y turistas, no solo han disfrutado de los `pasos procesionales, sino que también han asistido a las distintas celebraciones que se han celebrado en nuestras parroquias. Ante esta manifestación masiva de espiritualidad, me viene a la cabeza una reflexión que se hacía mi madre al comprobar a pesar de la deriva de escepticismo religioso, que se dice impera en España, veía muchas iglesias llenas y personas que lloraban al paso de imágenes, como La Dolorosa: “Algún sentimiento religioso profundo les moverá a esta gente, para comportarse de esta manera”.
Adolfo Costas Gascón