por Gabriel Bravo
Desde este pasado domingo, estamos en el tiempo litúrgico del Adviento, en el que esperamos el nacimiento de Jesús, nuestro Redentor.

Es un tiempo en el que podemos preguntarnos en presencia de Dios:
¿Puedo vivirlo un poco mejor a como lo hice el pasado año?
¿Puedo hacer algunas acciones que agraden al Señor durante este periodo hasta el día de Navidad?
A cada uno se le pueden ocurrir muchas cosas posibles. Yo voy a plantear solamente tres.
La primera, ser especialmente serviciales en nuestra casa. Es un tiempo donde normalmente se reúne toda la familia, y el trabajo en el hogar aumenta. En ocasiones hay niños pequeños que atender, recados y encargos que hay que hacer, mesas grandes que hay que poner, cosas que recoger, etc, etc. Estemos muy atentos y seamos los primeros en ofrecernos para lo que sea. Y con alegría. Es algo que los demás agradecerán. Tenemos como ejemplos a María y José, siempre serviciales y alegres a pesar de todas las dificultades que se les presentan. Esto va dirigido especialmente a los hombres e hijos del hogar, que a veces nos despistamos sin darnos cuenta que la “jefa” lleva demasiadas tareas en estos días.
La segunda, un poco más personal, sería leer y meditar durante 10 o 15 minutos aproximadamente las lecturas del evangelio de cada día ante el Portal de Belén que pongamos en casa. También el rezo del Ángelus, oración muy navideña, podemos hacerlo solos o en familia ante el Portal. El Belén siempre nos habla de la humildad y bondad del Señor, que se hizo pobre por nosotros.
La tercera acción podría ser algún acto de generosidad o solidaridad con quien más lo necesite. Desde ayudar a alguna familia necesitada a través de un lote de productos navideños (esto se puede hacer a través de Cáritas de la parroquia), visitar a unos ancianos en una residencia o escribirles una carta amable que les emocione. Muchos de ellos se encuentran muy solos y una visita en estas fechas supone un motivo de alegría. Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis nos dice Jesús en el Evangelio.
