Seguro que cada uno de vosotros ya habrá hecho nuevos propósitos para el año que comienza y me gustaría proponeros uno en especial.
Cuando todavía está reciente la Navidad, en la que hemos vivido la adoración de los pastores, de los Reyes Magos, de nosotros mismos cuando besamos la imagen del Niño Jesús, no deberíamos olvidar que podemos seguir adorando a ese Niño que se hace presente en la Eucaristía.
Todos los jueves, en la Basílica, desde la Misa de las 11:00 h. hasta la de las 20:00 h.,está expuesto el SANTÍSIMO.
¿No os parece un buen propósito dedicarle un poco de nuestro tiempo para adorarlo? ¡Hay momentos en que está tan solo….!
Pensemos cuántas veces rezamos a Dios para pedir,incluso para darle gracias, pero..
¿Qué le damos a Él?
¿De verdad que no podemos reservar media o una hora a la semana para dedicársela a Jesús, encontrarnos con Él, hablarle, poner en sus manos nuestras penas, nuestras alegrías,nuestras gratitud…?
Puedo asegurar, por mi propia experiencia, que esos momentos de adoración, silencio y encuentro con Él, son bálsamo para el ajetreo diario y paz para el alma.Yo, que pensaba que lo acompañaba a Él, acabé descubriendo que es Jesús quien me acompaña a mí.
Carmen (C.O.V. Betania)