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EL CULTO Y LA DEVOCIÓN A LAS ÁNIMAS EN GALICIA

Los Petos de Ánimas (II) 

por Mundo Villalustre

Podemos interpretar el significado de los petos de ánimas desde un punto de vista ideológico, económico, artístico y social.

Desde un punto de vista ideológico, estas construcciones dejan constancia de la influencia cristiana sobre la mentalidad popular. Fue la Iglesia la artífice de la propagación de la doctrina del Purgatorio frente al castigo eterno. A mediados del siglo XVII,  y a raíz de la Contrarreforma, en Galicia había calado la idea del Purgatorio como un castigo temporal y paso intermedio entre el Cielo y el  Infierno, donde las almas podían librarse de este último y alcanzar el primero a través de las oraciones y de las buenas obras de los vivos que recordaban a sus muertos.

Peto de Ánimas de O Toural (Vilaboa, Pontevedra).
Este peto es de los pocos que tiene la particularidad de representar el Purgatorio, y también el Infierno, lo cual no es muy común en los petos de ánimas

Desde una visión económica, no debemos olvidar que los petos estaban destinados a recoger ofrendas y limosnas de los caminantes. Las donaciones a la Iglesia depositadas en los petos, junto con los cepillos limosneros, constituían importantes fuentes de ingresos para la economía parroquial. Estas limosnas u ofrendas depositadas en los petos estaban destinadas a sufragar las misas por los difuntos.

Desde una perspectiva artística, los petos representan una manifestación artística popular de carácter local. Resaltan el carácter colectivo y comunal de estas obras donde los artesanos permanecen en el anonimato, pero en las que, sin embargo, existe una preocupación por la calidad técnica, mayor que la presente en otros trabajos artesanales. Es evidente la influencia del barroco gallego en sus elementos: formas redondeadas, expresividad, el uso de colores vivos y naturales, simetría compositiva. El lenguaje artístico empleado tanto en la forma como en los colores es muy directo y fácilmente comprensible para un pueblo en el que el analfabetismo era predominante entre los siglos XVII y XIX.


Peto de Ánimas de Ribeiro (Campañó, Pontevedra).

Finalmente, desde un enfoque social, estas piezas diseminadas a lo largo de la geografía gallega y del norte de Portugal, evidencian una forma de entender la vida. Su elaboración en granito lo vincula al paisaje gallego y al oficio artesanal de los canteros de fuerte arraigo en estos lares.

A día de hoy están catalogados casi 700 petos de ánimas (690 para ser exactos) en toda Galicia, de los cuales 392 están localizados en la provincia de Pontevedra. Probablemente en tiempos pasados hubiera muchos más, pero el paso del tiempo, la desidia de la Administración en su conservación y restauración, y el escaso respeto por estos pequeños santuarios, sumados al pillaje y expolio de estos elementos patrimoniales dieron como resultado la desaparición de muchos de ellos. Por suerte ahora todo elemento, tanto cruceiros como petos con más de 100 años de antigüedad, están protegidos por ley. 


Peto de Ánimas de A Ermida (Marcón, Pontevedra).

Hay que tener en cuenta que muchos de ellos tenían los retablos de las hornacinas hechos en madera, y al estar en exteriores a merced de las inclemencias del tiempo, ataques de insectos xilófagos, velas encendidas y vandalismos y pillajes varios dieron como resultado la desaparición de las representaciones de las Ánimas que en ellos se veneraban. 

Termino esta publicación a favor de la conservación del patrimonio gallego, en particular de la conservación de estos pequeños monumentos que, junto con los cruceiros, forman parte del paisaje, la tradición y de la cultura gallega.

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