¡¡¡CUARENTESMA!!! (CUARESMA EN CUARENTENA)

Estamos viviendo unos días que no podíamos ni imaginar un par de meses atrás. Una microscópica molécula de ARN rodeada de una cubierta lipoproteica llamada coronavirus ha interferido en nuestras vidas de una forma tan brutal que nos tiene recluidos en nuestras casas por un tiempo difícil de pronosticar.

A pesar de la situación tan excepcional en la que nos encontramos, los cristianos no podemos olvidarnos de que estamos en tiempo de Cuaresma, lo que significa tiempo de conversión. Debemos adaptarnos a las circunstancias y a pesar de no poder asistir a la Santa Misa, hacer un rato de oración tranquilamente ante el Sagrario o asistir al Vía Crucis en nuestra parroquia, podemos organizarnos en nuestros hogares y vivir una Cuaresma distinta, atípica, pero al mismo tiempo intensa y muy cerca de Nuestro Señor. 

Lo más probable es que no podamos celebrar la Semana Santa de forma tradicional con el resto de la comunidad, pues las noticias que nos llegan apuntan a que esto se va a prolongar hasta que la situación mejore sensiblemente.

El Señor nos espera cada día sean cuales sean las circunstancias. Hagamos todos los días un rato de oración meditando con el evangelio como se preparó para su pasión, muerte y gloriosa resurrección.

Podemos también leer algún libro espiritual que nos relate estos acontecimientos trascendentales, los más importantes en la historia de la humanidad. También rezar el santo Rosario y hacer el Vía Crucis los viernes por ejemplo. Ofrezcamos las incomodidades de la situación a Jesús y a su Madre Santa María, que también lo es nuestra, y así estaremos más unidos a su cruz.

En nuestra oración debemos tener muy presentes a todas las personas que están sufriendo por culpa de esta grave pandemia, especialmente a los enfermos y a aquellas familias que han perdido algún miembro por la infección. Y pedirle a nuestro Señor que nos proteja y volvamos pronto a la normalidad.

La Santa Misa la podemos seguir a través de la televisión, radio o algún canal de internet. A la hora de la comunión, recojámonos haciendo una comunión espiritual. Es tiempo también de hacer examen de conciencia y ver qué aspectos de nuestra vida deben mejorar, haciendo con frecuencia actos de desagravio por nuestras faltas y pecados y por los de toda la humanidad. 

Si necesitamos confesarnos, hagamos un acto personal de contrición con el deseo de acudir al sacramento de la penitencia en cuanto podamos. El precepto, mandamiento de la Santa Madre Iglesia de confesarse y comulgar al menos una vez al año en este tiempo litúrgico se podrá cumplir cuando la situación se normalice.

Estemos atentos a lo que nos pida el Papa, como ya ha hecho, animándonos a una determinada hora a que todos nos unamos en oración haciéndonos así más fuertes. 

Aprovechemos estos días para estar también en contacto con nuestros a amigos/as y transmitirles nuestro cariño y cercanía y animándoles también a que vivan estos días muy cerca del Señor.

A pesar de los pesares podemos vivir esta Cuaresma muy bien, superando las dificultades, obedeciendo a las autoridades para colaborar en cortar la expansión del virusy pidiendo al Señor, que sufrió y murió por todos nosotros, que nos ayude a ser fuertes y no perder la esperanza en estos momentos de adversidad.

Gabriel Bravo